La economía gallega reta al virus de la incertidumbre

Posiblemente muchos de los motores de la economía de Galicia miren con nostalgia las dudas de hace un año en su enfoque a lo que venía en el viejo 2020. Por aquel entonces merodeaban los posibles efectos de la descarbonización y la transición ecológica, la ralentización en el crecimiento, la difícil situación que atravesaban algunas actividades y empresas en concreto… La pandemia cambia hasta el verdadero significado de la incertidumbre, excepcionalmente profunda, incompatible con hacer cábalas más allá del día siguiente. Nadie era capaz de imaginar en enero del pasado ejercicio lo que está ocurriendo ahora, pero es que también caducaron muy pronto las sucesivas previsiones a corto plazo que se han ido haciendo desde que en marzo estalló la crisis sanitaria.

Y eso, lo que ocurra con la salud pública, es la prioridad en lo social y la principal incógnita para la ecuación económica en este 2021. Galicia aguantó hasta ahora entre los territorios con una menor merma del Producto Interior Bruto (PIB) gracias al mayor peso de la industria en general y la alimentaria en particular y una menor dependencia del turismo. ¿Será suficiente eso para engancharse a la recuperación cuando toque? Como recuerdan muchos de los sectores más representativos de la economía regional, hay problemas estructurales que están ahí de antes y su reinvención es, a la vez, un reto y una oportunidad, teniendo en cuenta el maná de los fondos europeos del Next Generation. No solo está en tela de juicio la supervivencia del tejido productivo en las grandes cifras. Detrás hay empresarios y trabajadores. La comunidad destruyó más de 18.000 empleos el pasado año y todo apunta a una recuperación muy, muy asimétrica entre los sectores destinados a revitalizar el mercado laboral.

“Se palpa interés por construir y hay movimientos en las licencias” Javier Carballeda, Gerente de Asociación Constructores Pontevedra

Bajo “la evidente incertidumbre” que también persigue a la construcción, hay un gran motivo en el sector para guardar “cierta esperanza”. “Los fondos europeos son un acicate por su apuesta por la rehabilitación y la eficiencia energética”, recuerda Javier Carballeda, gerente de la Asociación de Constructores de Pontevedra. Eso podría animar la licitación pública y con ella “mucha actividad paralela por el carácter transversal que tiene la construcción”. “Las administraciones saben que es un sector tractor para muchos otros”, asegura, pensando, además, en la colaboración con la madera dentro de la hoja de ruta en Galicia para recuperarla como un elemento estructural en la edificación. Cautos, porque las crisis en la construcción suelen llegar más retrasadas a la comunidad, las empresas del sector ven “mucho interés en construir en la provincia, particularmente en Vigo, donde hay muchas promociones en marcha, y se palpa cierto movimiento en la concesión de licencias y compraventa de solares”. “Cambia el concepto de residencia familiar –apunta Carballeda– y la oferta no es excesiva”.

@FarodeVigo