En 2019 se firmaron casi 17.000 operaciones, un 2,5% más que el año anterior, pese a los desplomes en las provincias de interior
Ya sea porque tampoco aquí la demanda llegó a recuperarse en la misma medida que en otras comunidades tras el estallido de la burbuja del ladrillo o, como ocurre con tantos otros indicadores económicos, lo bueno y lo malo tarda algo más en notarse que en el resto del país, Galicia es una de las pocas excepciones del pinchazo con el que el mercado inmobiliario cerró el pasado ejercicio. Se vendieron alrededor de medio millón de viviendas en España, un 3,3% por debajo de 2018, según el balance publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), rompiendo así cinco años al alza. Son los que lleva de incrementos Galicia tras el repunte del 2,5% en 2019, cuando se comercializaron 16.928 inmuebles. Toda la subida se concentra en la provincia de A Coruña porque las otras tres acabaron en números rojos, especialmente las zonas de interior. ¿Síntomas de que la construcción cambia de ciclo? El sector no lo ve así. De hecho, los portales inmobiliarios aseguran que el mercado se está estabilizando después de unos meses complicados –entre otros condicionantes, entró en vigor la nueva y más exigente ley hipotecaria– y la patronal de la actividad en Pontevedra prevé que este año “no será tan malo como parece que se está pintando”.
“Es cierto que hubo cierta inseguridad con la reforma legal por la incertidumbre generada entre los bancos. Pero, ¿cuántos inmuebles acumula la Sareb procedentes de la crisis financiera? La nueva ley hipotecaria va a filtrar mucho el destinatario del préstamo y eso es una buena garantía”, explica Javier Carballeda Alonso, gerente de la Asociación de Constructores de Pontevedra (APEC). “Se están haciendo casas. Vigo, Sanxenxo, Val Miñor son ejemplos claros –añade– y, además del residencial, también funciona el segmento industrial”.
La de Galicia es la mayor cifra de compraventas desde 2010. Eso no quiere decir que se hayan alcanzado los niveles precrisis. Todo lo contrario. En 2008, por ejemplo, el sector anduvo cerca de las 29.000 compraventas. “El promotor no se tira a la piscina como antes, más que nada porque en aquel momento entró en el sector gente con poco o ningún conocimiento financiero ni de construcción”, recuerda Carballeda.
Junto con Galicia, las otras regiones que aguantaron todavía con las adquisiciones de vivienda en positivo en 2019 fueron Castilla-La Mancha (7,4%), Extremadura (5,7%), La Rioja (3,1%), Murcia (1,2%) y Castilla y León (0,5%). Las caídas más fuertes está en Canarias, donde el desplome alcanzó el 14%; casi un 11% bajaron en Baleares; el 9,7% en Navarra; y un 7,5% en Madrid.
El sector prevé que en 2020 siga la subida
En esa desigual evolución dentro de Galicia, las operaciones aumentaron por encima del 10% en A Coruña (7.999) –fue la segunda provincia con mayor ascenso en toda España, únicamente por detrás de Ávila (18,9%9–, mientras retrocedieron un 1,1% en Pontevedra (5.450). En Ourense descendieron un 4,4% (1.684) y prácticamente un 10% en Lugo (1.795). Ocho de cada diez viviendas vendidas en la comunidad son de segunda mano (13.249), con un avance anual en su caso del 2%, frente al 4,4% de subida en inmuebles nuevos (3.679). Que Galicia siga por el momento al margen de la desaceleración del sector no significa que sea un mercado especialmente dinámico. Es la región con menos operaciones en función de su población. Por cada 100.000 habitantes de entre 18 y 84 años, en Galicia se vendieron 775 viviendas el pasado ejercicio. En el conjunto del país casi es el doble: 1.245.
Nada de lo sucedido en estos últimos años en el mercado inmobiliario puede desvincularse de la consideración, otra vez, de la vivienda como valor refugio aprovechando el tirón del alquiler frente al nulo interés de remuneración en los depósitos bancarios. “Aunque Galicia no suele aparecer entre los lugares con mayor rentabilidad, el 5% que se estima es muy alto”, apunta Javier Carballeda. Coincidiendo con los datos de compraventas, los Registradores publicaron ayer su estadística del último trimestre, que revela un encarecimiento de la vivienda en 2019 del 7,2%.