Casco Vello y la zona histórica de Bouzas centra una de cada 5 licencias de reforma

Ambos suman 245 intervenciones en dos años, frente a las 166 en el año 2016

Empresas y particulares solicitaron al Concello 1.481 permisos para rehabilitar inmuebles desde 2010

“Estamos en un buen momento; apreciamos ya brotes verdes en el sector tanto de obra nueva como en las reformas”. Esta afirmación parte de la Asociación de Constructores de Pontevedra (ACP), pero queda avalada también por las diferentes estadísticas municipales: si ya los inmuebles de nueva construcción elevaban la recaudación del IBI hasta los casi 68 millones, las rehabilitaciones también se han convertido en una constante en la urbe olívica al emitir el Concello 61 licencias de obra al mes –de media– en los últimos dos años.

Ningún barrio ni parroquia viguesa escapa a la necesidad, demanda o requerimiento de particulares o empresas de un lavado de cara a edificaciones comunitarias o viviendas con solera. En relación a estas últimas, mas concretamente las ubicadas en los cascos históricos son las que copan buena parte de las licencias solicitadas al gobierno local. Así, el Casco Vello de Vigo sumó desde 2018 hasta 184 reformas frente a las 61 intervenciones que se realizaron en la Villa de Bouzas. Ambos conjuntos están de moda. Y es que entre los años 2014 y 2016, la actividad en las zonas más antiguas de  la urbe repuntó con 373 licencias de obra para sendos proyectos.

“Vemos brotes verdes en el sector, tanto obra nueva como reformas”, afirman desde la ACP

La edificación y arquitectura de estas zonas de protección genera a la hora de reformar costes mayores incluso que los de una edificación desde cero. “Las rehabilitaciones son más caras que la obra nueva, porque tienes que conservar materiales y la forma de actuar no es la misma. Tienes que tener mayor cuidado, conservar todos los materiales dependiendo del grado de catalogación; si es integral, mantener muchos elementos tal y como estaban concebidos, ambiental, que es la que tiene menor grado de protección o estructural. Además, los espacios son mucho más limitados, tienes que emplear un tipo de maquinaria distinta y tener a profesionales mucho más cualificados. A mayores la empresa debe tener una determinada clasificación para optar a  estas licitaciones si son obras públicas”, explica Javier Carballeda, gerente de la Asociación de Constructores de Pontevedra (ACP).

Si bien los cascos históricos llaman predominantemente la atención de la iniciativa pública o privada para su rehabilitación, las zonas comerciales también tienen su tirón. Es el caso de Príncipe, la milla de oro por excelencia de Vigo, que recibió 17 licencias para la reforma de sus espacios. Estas licencias emitidas por el Concello vigués fueron destinadas tanto a obras en inmuebles urbanos como bajos o locales, o incluso edificios con uso comercial.  Precisamente FARO avanzaba este lunes que la Gerencia de Urbanismo acababa de dar luz verde a la promotora Inversiones Vigo Confort para que reforme el edificio de Cortefiel,  que conservará en la planta baja el uso comercial e incorporará en las superiores 13 viviendas y un centro de negocios dotado con una decena y media de despachos.

Carballera destaca que tanto las reformas como la nueva construcción se han hecho su hueco en la ciudad.“De un tiempo a esta parte ves tanto construcciones de obra nueva; tenemos en la parte final de Rosalía de Castro, en calle Ecuador están con tres promociones, en San Roque, el grupo Viqueira está levantando ciento y pico viviendas… La aprobación de la Ordenación Provisional va a ser un punto de inflexión en este ámbito; y luego en cuanto a las rehabilitaciones, poco a poco están viviendo una época bastante buena. Príncipe, Velázquez Moreno, Bouzas, el Consorcio del Casco Vello también adjudicó hace poco una obra pequeña… Son datos que dibujan un buen momento para el sector”, concluye el gerente de ACP.

@FarodeVigo